Actualmente el mundo tiene una necesidad en común, se trata de mantener a la población segura y libre del virus que ha azotado a toda la humanidad, el covid 19. Durante el año 2020 las medidas restrictivas sobre aislamiento social han sido severas debido a las terribles consecuencias que desato la propagación de un virus nunca antes conocido y que ha significado millones de descensos.
Luego de muchos meses de padecimiento la ola de contagios ha lograda ser controlado en diferentes países, aunque continúan vigentes medidas sanitarias necesarias para mantener a la población sana, por ejemplo el continuo lavado de manos, el uso de tapabocas y mascarillas faciales y el suministro a los usuarios de antibacterial en los diferentes establecimientos.
La población necesita aprender a vivir en esta nueva rutina en la que se incorporan las medidas anti covid. Lamentablemente muchos países que han relajado las medidas de distanciamiento han padecido nuevos repuntes en la línea de brotes dentro de la población, es por ello que mientras no exista una vacuna que sea administrada a la población del mundo entero, será necesaria la prevención como arma principal.
Pero más allá de todo lo que ha vivido el planeta a causa de los estragos de una pandemia, es necesario que la sociedad pueda continuar con sus actividades comerciales, sociales y culturales en la medida que los riesgos así lo permitan, poco a poco los países han ido incorporando el restablecimiento de actividades primordiales para garantizar el avance de la economía, así como el abastecimiento de rubros importantes dentro del consumo de la población.
Una de las principales actividades que fue paralizada porque representaba un riesgo latente en la propagación del virus fue las clases escolares, la concentración de masas y contacto entre los niños era una plataforma peligrosa que necesitaba ser suspendida.
Si bien se ha demostrado a lo largo de los estudios acerca del virus en cuanto a personas más susceptibles a padecerlo y verse afectadas en gran manera, que los niños se encuentran en la línea menos propensa a ser afectados por el contagio, lo peligroso de que adquieran el virus es que se convierten en un canal de contagio para los adultos o personas de la tercera edad que tengan contacto con ellos en casa o en otro lugar.
Este virus puede resultar fatal para personas de la tercera edad con otras enfermedades en segundo plano que puedan complicar su situación, y al ser un enemigo invisible y no existir aun una vacuna para combatirlo la mejor alternativa es evitar ser contagiados, en los colegios no solo los niños se encuentran en riesgo, sino también el personal docente y administrativo que labora en ellos.
A pesar de eso y con el éxito que ha tenido la medida de distanciamiento social y otras medidas de prevención, se cree en aquellos países que se ha logrado frenar su propagación que es posible retomar las actividades escolares que son tan necesarias en la formación de esta generación emergente.
Por supuesto las recomendaciones de las entidades sanitarias de las principales ciudades del mundo resaltan la necesidad de no descuidar las medidas sanitarias para evitar el contagio entre los alumnos.
Mamparas para pupitres para la protección de los niños
Adema del lavado de manos, el uso de mascarilla y el respeto de la distancia de un metro entre un alumno y otro, ha surgido una idea bastante interesante y con resultados verificables para la protección de los más pequeños para que puedan asistir con tranquilidad a clases, se trata de una protección especial para los pupitres de los estudiantes denominadas mamparas para pupitres, están hechas de un resistente material placas de metacrilato, que no interfiere ni entorpece la visión del alumno hacia donde se está impartiendo la enseñanza.
El material de elaboración es completamente transparente, fácil de adaptar a la superficie y bastante sencillo de limpiar para mantenerlo libre del virus. Estas mamparas para pupitres representan una alternativa para ayudar solucionar el riesgo de contagio que tanto preocupa a padres y autoridades escolares.
Su implementación se puede hacer en tiempo récord gracias a la facilidad de su instalación, manteniendo el confort original del pupitre e impidiendo que partículas del virus puedan tener contacto con la persona que esté detrás de él.
Por supuesto la recomendación de mantener un pupitre a un metro de distancia del otro se mantiene, así mismo los alumnos deberán evitar el uso de relojes, zarcillos y accesorios personales que puedan ser depositarios del virus para luego ser trasmitido a una persona.
Si se toma en cuenta esta ingeniosa recomendación y además se siguen los lineamientos originales para el cuidado de los más pequeños y todos en general retomar esta importante actividad puede ser posible sin representar riesgos para la población.